Los libros como compañeros liberadores: Cómo pueden los libros infantiles convertirse en compañeros de juegos de tus hijos
Jugar ayuda a los niños a desarrollarse física, emocional, mental y socialmente, pero también los hace pensar y los anima a expresar sus ideas de maneras creativas. Después de todo, los niños conocen el mundo a través del juego. Al jugar descubren cómo interactuar con otros, cómo expresar sus ideas y sentimientos, y cómo resolver conflictos. Conforme crecen, siguen experimentando y poniendo a prueba diferentes situaciones de vida y sus consecuencias dentro de la seguridad de su juego.
El juego es el trabajo de la infancia.
Jean Piaget
De acuerdo con el psicólogo del desarrollo Erik Erikson, a medida que los niños pasan por sus etapas del desarrollo, el juego funge como un espejo de su vida psicosocial. A través del juego los niños recrean situaciones de la vida real y aprenden cómo lidiar con ellas. Lo que Erikson reconoce como nuestra forma de obtener experiencia en la vida a través del análisis y la adaptación, el filósofo alemán Firedrich Schiller lo considera nuestra experiencia de la libertad, que se relaciona “con la totalidad de nuestras diversas funciones”. Schiller habla de lo estético como la esfera de la experiencia que media entre lo intelectual y lo moral, resolviendo la tensión entre ellas a través de la educación estética. Mediante la inmediatez y el poder del juego, de leer y crear arte, los niños aprenden a usar su imaginación y todos sus sentidos al colaborar unos con otros y negociar sus fundamentos compartidos.
Los libros como compañeros de juegos de los niños
Los libros tienen un poder similar a la libertad del juego. Es por esto que no sería exagerado argumentar que los libros pueden ser los compañeros de juego de tus hijos. Los libros pueden ofrecer un autoconocimiento profundo que ayude a desbloquear el propio potencial. Pueden fortalecer la capacidad de tus hijos para notar la conexión entre causa y efecto en determinada situación, ayudándolos a comprender las cosas. Los libros pueden promover la instrospección en tus hijos, permitiéndoles explorar los efectos de cierto comportamiento dentro de la seguridad de una historia. Por lo tanto, no es de sorprender que los niños sientan una afinidad particular hacia los libros que cuentan historias desde el punto de vista infantil o con el recuerdo fresco de la niñez. Esto es lo que convierte a un libro para niños en literatura.
En su libro Realidad y juego, el psicoanalista D. W. Winnicott define hábilmente el juego como algo “que promueve el crecimiento del niño, permitiéndole ser parte de un grupo e interactuar con otros así como consigo mismo”. Cuando habla de interactuar, Winnicott se refiere a la integración a través del perfeccionamiento de las habilidades y la adquisición de experiencia como un niño en desarrollo que aprende a reconocer y comprender el mundo que le rodea. La literatura infantil también puede propiciar esa integración. He aquí por qué.
La función de los grandes libros para niños
Es interesante cómo la literatura nos da la oportunidad de compartir las experiencias de otros de manera indirecta. Al observar otra vida, podemos comprender mejor la nuestra, tener otras perspectivas y hacer deducciones diferentes. Podemos aprender de la ficción. Nos es posible ingresar a la vida de alguien a quien nunca hemos conocido y quizá no conoceríamos nunca, pero en quien podemos pensar y a quien podemos imaginar. Establecemos un vínculo con la coherencia de un texto. Los libros que se toman en serio a sus lectores pequeños aseguran la interacción entre los niños, el libro y el arte, se escriben tomando en cuenta las necesidades de los niños y pueden crear una conexión genuina con su público objetivo.
Los libros que se resisten a “pensar por los niños” y en cambio los animan a “pensar por sí mismos” y que colaboran con los lectores en la construcción del significado crean espacio para el análisis y la interpretación. Estos son los libros que dejan a los niños conectarse con la historia si siguen la pista de las migajas, es decir, de las pistas que el texto ofrece. Al participar en la resolución de los misterios y encontrar las respuestas, tus hijos experimentarán el gran placer de darle sentido a las cosas. Tus hijos aprenderán cómo procesar un texto y construirán su significado, lo que cimentará su confianza en la literatura.
Libros que son grandes compañeros de juegos
Los libros que otorgan a los niños espacio y libertad promueven que se desaten las habilidades para la vida. Un libro que sea un gran compañero de juegos permitirá a tus hijos ver que, en cualquier situación, hay más de una respuesta “correcta”. Así, los niños pueden explorar la historia con confianza.
Solo cuando el tema, los acontecimientos y la trama de un cuento se liberan de lo que el autor trata de transmitir, las opiniones, la percepción y la comprensión pueden refinarse, haciendo a los libros algo fundamental para la liberación y el crecimiento de los niños. En esto consiste la magia de un libro que sea un gran compañero de juego.
Una actividad divertida que puedes hacer con tus hijos
A través de esta actividad puedes animar a tus hijos a convertirse en narradores o escritores. Piensa en esta actividad como una forma en la que tus hijos podrán observar, imaginar y contar un cuento para compartirlo contigo.
Si tu hijo ya sabe leer y escribir: Pídele que escriba una carta imaginando que ve a través de los ojos de un objeto en su recámara. ¿Qué sentiría, querría o desearía si fuera ese objeto? ¿Qué podría haber visto este objeto hasta ahora? ¿Alguna vez ha estado feliz o triste? ¿Cómo describiría tu hijo ser ese objeto, que pasa su tiempo esperando? ¿Qué le podría haber pasado a este objeto mientras esperaba? ¿Tu hijo tiene alguna sugerencia para este objeto?
Si tu hijo aún no sabe leer ni escribir: Pídele que imagine que juega con un objeto. Luego dile que imagine al objeto en otro lugar. Anímalo a representar una situación en la que es ese objeto. Pregúntale que podría haberse encontrado el objeto en esa situación. Pregúntale que podría estar sintiendo ese objeto.
Selda Uzunkaya
Escritora y maestra de teatro creativo
Selda Uzunkaya tiene una licenciatura en Arte dramático de la universidad de Ankara y una maestría en Actuación de la universidad Dokuz Eylül. Ha trabajado con niños desde hace trece años, y ofrece talleres de escritura creativa y literatura infantil para adultos. Es editora en distintas editoriales, trabaja como dramaturga de Theatre Terminal, y dirige obras de teatro para niños. Los gustados libros de la autora disponibles para leer en Kidly son “La agridulce fruta de verano”, “Nuevos amigos”, “Sueños sin equipaje”, “El museo del cielo” y “Un paquete de amor”.