Disciplina Positiva como un Modelo de Parentalidad Positiva

Los padres de hoy en día, muchos de los cuales fueron criados por la generación «baby boomer», pueden sobresaltarse al escuchar esa palabra. Pero por favor, relájate, porque hoy en día existen métodos de disciplina amigables con los niños, positivos y fáciles de implementar.

¿Qué es la disciplina positiva?

¿Todo listo para embarcarte en una travesía de crecimiento junto con tus hijos, enfocándote en la comunicación mediante el lenguaje del amor, más que afligiéndote por las conductas negativas?

Haz clic en el enlace al PDF titulado “Disciplina positiva como un modelo de crianza positivo: el superpoder de crecer junto con tus hijos” para comenzar a leer.

Siéntete libre de compartir el PDF con todos los padres que quieran aprender y crecer junto con sus hijos.

En el modelo de la disciplina positiva, el sistema de premios y castigos se reemplaza por la comunicación abierta y sincera, la cual establece lazos seguros entre los padres y sus hijos. Al conectarse con los niños en la casa y la escuela, los padres y los maestros crean un lugar seguro en el que se puede aprender.

¿Qué tipo de disciplina no se considera positiva?

La disciplina que no establece límites. Los niños necesitan límites para sentirse seguros y mantenerse sanos. Lo importante es cómo estableces esos límites y si tus hijos participan en el proceso de establecerlos.

La disciplina que otorga premios y castigos. Al igual que los castigos, los premios pueden ser eficaces solo por un tiempo breve. Sin embargo, a la larga pueden disminuir la capacidad de los niños de hacerse responsables, ejercer su autocontrol y mantener una buena relación con sus padres.

La disciplina que se presenta como la panacea. Algunos padres pueden adoptar el papel de “salvadores” de sus hijos haciéndose responsables de su comportamiento solo para mantenerlos contentos. No obstante, con el tiempo esto puede ocasionar que a los niños les cueste trabajo desarrollar una sensación de independencia y mecanismos de afrontamiento adecuados, así como crecer emocionalmente.

¿Qué hace especial a la disciplina positiva?

  • Alienta a los niños a expresarse a sí mismos y desarrollar la autoconfianza.
  • Refuerza el sentimiento de pertenencia y autoestima en los niños al crear un ambiente de libertad, sin preocupaciones.
  • Fortalece la comunicación entre los padres y los hijos.
  • A diferencia de los castigos, los efectos de la disciplina positiva son a largo plazo y tienen como resultado un aprendizaje. Asegúrate de brindar reforzamiento positivo poniendo atención a los sentimientos y la manera de aprender de tus hijos.
  • Promueve la empatía, lo que ayudará a tus hijos a aprender a respetar y tomar en cuenta a los demás, a cooperar y resolver problemas.
  • Contribuirá a las habilidades sociales de tus hijos, tanto en la casa como en la escuela.

¿Cómo se usa la disciplina positiva?

Invita a tus hijos a tomar decisiones: Puedes ayudar a tus hijos analizando y llegando a acuerdos sobre instrucciones comprensibles y prácticas.

Puedes decir, por ejemplo: “¿Vas a pintar tu escritorio? ¿Lo que quieres es hacer un dibujo grande? Ah, pero mira, los escritorios no son para que los pintemos”. *


Como queda ilustrado aquí, puedes hacer que tus hijos participen en la toma de decisiones planteando preguntas orientadoras. Los niños necesitan practicar para tomar buenas decisiones, así que déjalos hacerlo.


* Esto es solo una sugerencia. Quizá a ti no te importe que tus hijos pinten su escritorio. En ese caso, debes hablarlo con ellos y acordar cómo limpiarán el escritorio más tarde. Solo sigue el marco de la comunicación que ofrece este enfoque.

Di “sí” siempre que sea posible y dales opciones en lugar de solo negarte. Anima a tu hijo a desarrollar su autocontrol brindándole opciones significativas y manejables. Enfócate en la conducta deseada más que en la que quieres evitar.

Considera esto, por ejemplo: “¿Qué tal si cubrimos tu escritorio con papel o si ponemos el papel en el piso? ¿Qué opinas?”

Usa oraciones con “y” en lugar de “pero”: Las oraciones contrastivas o antitéticas, o las que implican una condición, pueden dar la idea de que no estás alentando a tus hijos.

Mejor di algo como esto: “Sé que aún estás haciendo tu pintura, y ya es hora de irse a dormir”.

Trata de reflejar las palabras y la forma de hablar de tus hijos cuando te comuniques con ellos. El actuar como un espejo puede ayudar a mostrarles a tus hijos cómo los escuchas tú y a comprender su estado emocional. Puedes repetir sus palabras o su tono de voz.

Por ejemplo:
Tu hija está nadando en una alberca. Ya lleva ahí un buen rato. Tiene frío y está cansada, y debe salir de la alberca para calentarse y descansar. En lugar de decir: “Ya no más nado, es hora de salir de la alberca”, di esto: “Son tus vacaciones y sé que te encanta nadar. Entiendo que ahora estés molesta. Te prometo que después de que descanses podrás seguir nadando”. De esta manera le comunicas que la entiendes y puedes ofrecer una solución.

Dales opciones pero no demasiadas: Darles demasiadas opciones puede ser tan desafiante como no darles ninguna. Sugerir algunas opciones prácticas ayudará a establecer límites manejables y permitirá que tus hijos elijan.

Por ejemplo: Es responsabilidad de tus hijos limpiar su habitación. Sugiere esto: “¿Quieres limpiar tu cuarto antes o después de la comida?” Al ofrecerles la oportunidad de decidir, los ayudarás a ser más independientes y capaces de controlar su comportamiento.

Obtén la ayuda de un experto si es necesario: Si te es difícil implementar la disciplina positiva, debes consultar a un especialista. Un terapeuta o psicólogo experimentado puede orientar a los padres con estrategias y métodos adecuados.

¿Qué debes tener en cuenta al aplicar la disciplina positiva?

En lugar de criticar o corregir la conducta de tus hijos, invítalos a reflexionar y compartir lo que piensan contigo, preguntándoles: “¿Qué más crees que podrías hacer en una situación así?”

En vez de decirles: “¡No griten!” o “¡No corran!”, elige preguntas orientadas a soluciones; por ejemplo: “¿Puedes caminar más despacio?” o “¿Puedes hablar a un volumen más bajo?”

Los límites son esenciales para el desarrollo y la seguridad de tus hijos. Asegúrate de establecer límites claros y hazlos respetar “de manera uniforme y constante”.

El amor incondicional, la comunicación amable y un lenguaje corporal atento son imprescindibles en la disciplina positiva. Cuando tu hijo esté triste y frustrado, abrázalo y tranquilízalo diciendo: “Sé que estás muy alterado. ¿Quieres que te abrace?”

Pasar tiempo de calidad con tus hijos todos los días los ayudará a mantener una actitud positiva en la vida, fortaleciendo el lazo y la comunicación entre ustedes. De esto se trata la crianza positiva. Pueden ir a caminar, al parque, al meditar o leer un libro juntos.

Usa la disciplina positiva como un superpoder a fin de establecer límites para tus hijos. Al establecer límites claros y constantes, enseñarás a tus hijos a tener conciencia de sí mismos. Con límites saludables y en un ambiente seguro, los niños pueden entenderse mejor a sí mismos y al mundo exterior, solucionar problemas por sí mismos y seguir explorando y aprendiendo felizmente.

¡Disfruta de aprender y crecer junto con tus hijos!