Establecer límites adecuados teniendo en cuenta las necesidades de los niños es una parte inherente del proceso de crianza y es esencial para su seguridad y desarrollo emocional.
Desde el momento en que nacen, todos los niños se interesan por su entorno y exploran la vida a través del aprendizaje experimental. Las experiencias que tienen lugar en un mundo en el que los límites son difusos o poco claros entrañan ciertos riesgos físicos y emocionales para los niños. Por eso, los niños necesitan un espacio con límites en el que se sientan seguros. ¿Cómo establecer límites que protejan a los niños y cuáles son sus ventajas?
¿Qué significa establecer límites sanos?
Poner límites a un hijo no implica no mostrarle afecto o adoptar una actitud rígida. Establecer límites para los niños es un proceso positivo basado en la comunicación mutua, cuyo objetivo es crear una sensación de seguridad y bienestar. De este modo, los niños comprenden sus propias necesidades, derechos y libertades y, en consecuencia, crecen en un espacio emocional y físicamente seguro, y se preparan para las normas sociales de la vida cotidiana con esos límites sanos.
La importancia de establecer límites sanos para los niños
Imagínate que intentas ir a una dirección en la que nunca has estado sin un mapa, una guía o una señal de advertencia que te oriente. La ignorancia y la incertidumbre probablemente provocarán que el viaje sea difícil y estresante. De la misma manera, los niños también necesitan una guía y señales de advertencia que les informen de por qué no es apropiado que adopten determinados comportamientos. A través de unos límites sanos, los niños aprenden qué comportamientos son seguros y cuáles son arriesgados, así como las posibles consecuencias a las que pueden enfrentarse como resultado de sus acciones.
¿Cuáles son los beneficios de establecer límites sanos para los niños?
La capacidad de establecer límites sanos: Los límites hacen que los niños se sientan seguros tanto física como psicológicamente. Los niños que desarrollan la capacidad de establecer límites sanos en su propio entorno en el futuro conocen sus derechos, los expresan con facilidad y pueden protegerlos. Esto les ayuda a desarrollar una fuerte autoestima y confianza en sí mismos.
Asumir la responsabilidad: Unos límites sanos pueden ayudar a los niños a desarrollar una buena capacidad de decisión. Los niños conscientes de que siempre tienen la capacidad de elegir puede tomar sus propias decisiones dentro de unos límites concretos y asumir la responsabilidad de sus actos.
Cultivar la resiliencia: La presencia de límites ayuda al niño a ser emocionalmente estable y a desarrollar habilidades para afrontar el estrés.
¿Cómo establecer límites sanos sin decir «no»?
Al establecer límites sanos para los niños, los padres deben reconocer sus necesidades, comprender por qué tienen ciertos comportamientos, reconocer sus emociones y aceptarlos incondicionalmente. Estas son las etapas más críticas de este proceso.
Por ejemplo, imaginemos a un niño llorando, gritando, tirando objetos al suelo en medio de un centro comercial porque no consiguió el juguete que quería.
En lugar de acercarse al niño con frases imperativas y terminar el diálogo con un «no», es importante ver primero sus emociones, dirigirse a él con un tono de voz y un lenguaje corporal compasivos y hacerle saber que estarás a su lado hasta que se calme. En otras palabras, es importante establecer límites teniendo en cuenta las necesidades del niño y permitiéndole elegir.
¿Qué se gana al establecer límites sanos para los niños?
Es difícil que un niño al que se le satisfacen todas sus peticiones aprenda a comportarse en la esfera social. Establecer límites le brinda al niño la oportunidad de aprender por qué se desaprueban determinados comportamientos y lo prepara para el mundo social.
Establecer límites le permite al niño respetar los límites de los demás.
En el proceso de establecer límites sanos, se proporciona al niño una sensación de seguridad en lo que, de otro modo, podría ser un mundo caótico y estresante para él.
A qué hay que prestar atención para establecer límites sanos
Al momento de establecer límites, es muy importante que los padres piensen primero en detalle cuáles son sus objetivos, si realmente necesitan establecer ese límite y si es adecuado para las necesidades y la naturaleza del niño.
Cuando decidas poner un límite, puedes tener en cuenta las siguientes sugerencias:
- Ten claridad: Los padres deben ser claros y coherentes respecto de los límites que pondrán. Es importante dejar claro a los niños lo que pueden y no pueden hacer. Los acuerdos pueden ser flexibles y ajustarse a las necesidades del niño. El aspecto crucial es mantener una comunicación abierta con el niño durante todo el proceso.
- Especifica el motivo y da una explicación: Cuando se establecen límites, hay que explicarles a los niños el motivo. Esta explicación debe darse con calma, poniéndose a la altura de los ojos del niño y estableciendo contacto visual. Las razones deben transmitirse en un lenguaje apropiado para la edad del niño, utilizando un tono cariñoso. Una frase como «Lamento que llores, te quiero, pero no podemos comprar este juguete porque nuestro presupuesto no nos lo permite», puede ser un buen ejemplo.
- Busca soluciones alternativas realistas o elige el camino del acuerdo: Establecer límites sanos no significa poner trabas a los niños. Establecer límites ayuda a los niños a desarrollar el pensamiento crítico y la capacidad de resolver problemas a medida que exploran nuevas formas de ir por el mundo y adaptarse. Los padres pueden ayudar a los niños a sentirse independientes dentro de esos límites buscando soluciones alternativas y llegando a acuerdos con él. Esto puede conseguirse, por ejemplo, haciendo sugerencias del tipo: «No podemos comprar este juguete en este momento, pero juntos podemos planificar un momento más conveniente».
Establecer límites sanos y centrados en los niños, organizados en torno a sus necesidades, redunda en un beneficio primordial para ellos. Los límites sanos no sólo garantizan el crecimiento seguro del niño, sino que también fomentan el desarrollo de su capacidad para establecer límites por sí mismo.
Además, los niños que crecen con límites conocen, expresan y protegen siempre sus derechos y los de los demás.